a las cinco me encuentro en angel gallardo y se levanta un viento que por un minuto nos rodea de material blanco, sí ceniza, pensé, el viento es muy fuerte y en ese momento los autos aceleran mal, y la gente se agita.
muchas horas después, a las ocho y diez, salgo de karate y se parte el cielo por la mitad, dios está realmente de mal humor, y hay estallidos que ya no son truenos te diría que se partió un pedazo de la tierra y se escucha arriba, el agua me caló, atravesó la campera de cuero y todo, todo,
yo decidi seguir adelante, hasta paré a comprar verdura y me fui comiendo una mandarina bajo la lluvia demencial, como si nada, nadie en la calle, ni siquiera taxis se veían, y yo decía no puedo ser tan negadora, está lloviendo hacé algo
qué voy a hacer, quiero llegar a casa y darme una ducha caliente, además, acá estoy sintiendo la atmósfera con intensidad, amar la vida así, en el día de sol y en el día de lluvia, yo amo la vida, nunca quise ni quiero ni querré perderme nada de ella, vivimos en todo, en el dolor, en el amor, vivir también es sufrir... como cuando nos quemamos, no sentimos que hay algo vivo en nuestro cuerpo, algo que dice ay!!
o cuando nos gusta algo, en un desfile, algo adentro se despierta y dice ay!, es como un dolor, placentero al fin, sentir la lluvia, la belleza de las nubes que dicen allá te vamos a romper la cabeza con un trueno que te parta el alma. dios sabe todo.
Cantos lejanos
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También en ese tiempo, un día antes al atardecer, vimos una roca, bañada
por una lluvia torrencial, resbaladiza y en partes brillante, en el medio
de ...
Hace 2 horas
2 comentarios:
ah!!!!qué lindo
sí, a mí también me encantó pero las tormentas me dan pavor, es que no sé amar la vida en su estertor.
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