En el acto oficial de asunción de una presidenta la mirada apunta a su traje.
Con la asunción de Dilma Rousseff, novena presidenta latinoamerciana, se encuentra una particular coincidencia: tanto ella como Bachelet, Fernández de Kirchner y Chinchilla eligieron el color blanco para su acto oficial de asunción. Aunque, claro, cada una lo hizo a su manera.
Como en el resto de su mandato, CFK se destacó por su audacia, ya que su traje incluía el encaje, con su respectivas transparencias y su fuerte relación con el vestido nupcial. El cuello era un elemento desestabilizante, casi recuerda al cuello de un guardapolvo escolar, por otro lado, esa forma suave sin dudas la rejuvenece y le da un aspecto alegre.
El tailleur de Dilma se destaca por su fuerza. Sin duda quiere trasmitir decisión en sus líneas, (la llaman la Dama de Hierro) pero no podía dejar de ser elaborado, y de ahí un excelente bordado en su chaqueta. La originalidad estaba en la manga tres cuartos, debida a la temperatura de las latitudes que le toca presidir. En esa línea, vale un comentario acerca de la tan mencionada mujer del vicepresidente, señora Temer, quien optó por un vestido sin mangas, lo cual atrajo las miradas ya que mostrar los hombros es un gesto un tanto fuera del buen gusto y la etiqueta tratándose de un evento de esta magnitud, sin importar que su edad no supere los treinta años.
El traje de Bachelet, en tanto, de largo extremo hasta la mitad de la pantorrilla, y un color champagne, le daba un toque entre monástico y monárquico. La originalidad estaba dada por un cuello tipo mao, pero se salía de lugar al sumarse a una insólita abotonadura que lo acercaba mucho a un uniforme militar.
Chinchilla se permitió un escote más importante, pero su traje fue el más sencillo de todos, con un saco y remera blanca que hasta podría combinar con jeans.
Lo interesante es que las bandas presidenciales contrastan fuertemente con el fondo blanco, y se lucen mucho. Quizás esa sea una de las tantas razones que motivaron a la elección del color. Las primeras, claro, la relación con la pureza y la inocencia.
¿Qué tienen en común estas cuatro mujeres? Ellas no pasan de los sesenta años: no pueden lucir tan solemnes, pero por otro lado su juventud transcurrió en una época de liberación de la moda, impronta que algunas no se disponen a sepultar y reivindican con gran originalidad, como es el caso de CFK.
2 comentarios:
inés, sos la susana saulquin que estaba esperando!
seré susana saulquin... con un zorro en el cuello ya verás.
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