viernes

como persona y como kareteca

conozco una persona que vivió todos los días de su vida en la misma casa. hasta cierta edad,durmió en un cuarto, y al contraer matrimonio, luego de quue sus padres murieran, pasó a dormir en otra habitación, la que había sido de sus padres.
nunca se mudó, y es probable que muera allí. allí hizo la primaria, secundaria, y luego vida de ama de casa. crió un hijo y su hijo vivió con ella todo el tiempo, y nunca tuvo novia.
todo esto es verdad.


miro mis anillos, cada vez más grandes.son las nueve y media de la noche, hora rara para sentarme acá, sola. siempre miro el reloj, y cuento los minutos que me faltan para pasar al siguiente paso. cada cosa que hago en el dia está cronometrada, tiene sus tiempos específicos, y si no los tiene, los calculo y estoy pendiente de ellos. siempre sé cuántos minutos faltan para irme, y cuántos para llegar con determinada anticipación. si escucho una canción, me gusta saber cuános miuntos y segundos dura... y estoy tan pendiente que también sin necesidad de reloj me puedo imaginar la hora que es.
sé que para volver a mi casa suelo tardar 35 minutos, pero sé que otra veces tardo 40, y una vez, veinticinco...

hoy, saliendo del trabajo, pensé: cuarenta miuntos de mi vida pasarán mientras pedaleo? y me pareció mucho. así que aceleré, y tardé veinticinco...


hoy pasaron cosas locas

casi le pego a mi profesor de karate porque él me pegó con un palo en la cabeza y eso me puso de mal humor. muchas veces los profesores te pegan con un palo -suavemente se entiende- sin embargo mi cabeza es muy rebelde, y la verdad, a mí nadie me pga en la cabeza sin que yo responda. bueno, no le pegué al profesor, pero cuando me dijo algo le respondí haciéndole la contra, rebelándome. en tanto el compañero, que practicaba karate en abogacía donde es más estricta la profesora, parecía preocupado viendo qeu yo le iba a dar un cabezazo al sensei. en un momento dado me empezaron a bajar gotas de transpiración por la cabeza y la cara me quedó llena de agua hasta que me ardieron los ojos. tuve que contenerme, porque mi cabeza lloraba de las ganas de matar al profesor. ¿cómo logré contener la ira? tears dry on their own....bueno, razoné, porque sé pensar. el profesor no debió haberme pegado. al hacerlo, actuó mal. y por eso me sentí superior a él -como persona y como karateca- de manera egoc+éntrica tal vez, pensé este profesor tiene envidia de mis capacidades. es cierto. mi espíritu es muy valiente, todos los saben. la técnica viene, no después pero a causa de ese espíritu, ya que puedes tener mala técnica y buen espíritu, pero nunca buena técnica y mal espíritu...ya que el profesor vio ese espíritu, el suyo se rebeló, quien sabe, por medio de la violencia quiso desafiarlo... todavía no lo dije pero la primera de las reglas del karate es "intentar perfeccionar el carácter" y la última "abstenerse de procederes violentos". por eso luego de un esfuerzo grande que me costó gran cantidad de sudor, logré no pegarle al profesor... y así lo vencí por fuerza de karacter.

hoy bajamos con m las escaleras a la par. sin tropezarnos ni caernos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Karacter.
Sos una genia.

Anónimo dijo...

No venciste a tu profesor. Te venciste a vos misma.

inés dijo...

Ay, no lo sé!

Anónimo dijo...

siempre me pregunto qué hace que una persona soporte (en medio de un discurso de desapego oriental)le den en la cabeza con un palo para enseñarle algo...

Anónimo dijo...

Ay! no lo sé! tal vez estar inmerso en una práctica oriental por voluntad propia.

inés dijo...

es masoquismo pero también necesidad de disciplina en medio de este caos, sorry soy neoconservadora.