martes

pan dulce

estoy chivando, como me gusta a mí, pero eso sí, me refiero a la sensación y no al olor, y no porque no me guste mi propio olor a chivo, es que solía gustarme pero últimamente no es el mismo... no me reconozco, y bueno

sucede que ayer estaba muy cansada, y me llegó la hora de volver a casa, comer y acostarme, y antes de hacer todo esto no sé cómo fui a la clase de karate, tal vez me arrastré como una víbora y le hice creer a la gente que era un persona con traje de karate puesto o por ahí al ser una víbora cascabel distraje la atención y nadie notaba que era una piltrafa humana,todo el tiempo me venía una sensación debo acostarme temprano o mañana estaré muy cansada, y al mismo tiempo un alvio muy grande, cierto, mañana es mi franco así que puedo descansar y levantarme a las once, lo cual sucederá de seguro porque martíns e fue de viaje y dormiré de un tirón.
por eso, esta maañana cuando me desperté sospechaba que eran las once y media o doce, pero no, eran las ocho. inmediatamente me vino la certeza de qeu no me iba a levantar de la cama, me iba a quedar leyendo la biografía de ron wood, y tomando mate que chorrearía un poco la mesa de luz pero bueno.
por las dudas, desayuné arroz blanco con queso, para poder ir a correr luego sin quedarme falta de energías. a las diez, estaba claro qeu la diversión sólo había comenzado y me decidí a darle dos horas más. a las once, luego de una ducha corta, me quedé dormida hasta las doce. y de allí, dos horitas más hasta las dos de la tarde, en que dejé el libr un rato y cerré los ojos creyendo que haría como os gatos, solo cerrarlos y disfrutar de un equilibrio perfecto entre el sueño y la vigilia, no lo logré del todo, inclinándome más hacia el lado del sueño, y me desperté a las tres, preguntándome seriamente cómo iba a encarar el día, pero sin estresarme demasiado por eso. en estas ocasiones, por lo menos en mi caso, hay un pensamiento concreto que me ayuda a levantarme de la cama. y fue que el jueves tengo sesióny me gustaría regalarle un pan dulce a mi gregorio. con esta idea clacé las pantuflas y me decidí a prepararme un mate, pero al final opté por un té con rodaja de jengibre.
al asomarme por la ventana en esas pausas para ir al baño o ducharme, veía a la gente movilizada por el microcentro y eso me daba más ganas todavía de quedarme en la cama bañada por la luz artificial.

ahora que me levanté, no hago más que añorar esas horas, como si nunca volvieran a ocurrir.
no sé si las valoré lo suficiente!
pero no las puedo repetir porque al volver del súper debo preparar el pan dulce y prepararme para la clase de karate.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Después de leer el libro "autobiográfico" de Ron Wood te queda una sensación de bienestar y buena onda. Pero luego de leer sus últimas incursiones y su cambiazo de vida, no! Igual, es muy divertido, claro!
Abrasongs, Popea

inés dijo...

gracias Popea... el fin de año me agarra muy lectora. vos qué estás leyendo? algo para recomendar?