lunes

estoy, estoy estoy... perdiendo la cabeza por ti, -fuego a mano-

y voy, y voy, y voy a amarte toda la vida / serás, serás, serás para mi la más querida/
Cómo no te voy a amar,/ cómo no te he de querer, / si solo es para mi,/ si solo es para ti el alma mía...

somos queribles a pesar de todas la catástrofes. queremos mostrar que la vida es efímera
que todo equilibrio se puede romper, con solo el murmullo de un vientito...
quién de nosotros no ha puesto un plato sobre el borde de la mesa, por la mitad,
ni deseando que se rompiera, ni deseando que se salvara, solamente sintiendo
que el lugar que le cobra su lugar vital, es el del peligro...?

de no, ¿qué cosa le podría ocurrir de tracendente a un plato,
que estar a punto de romperse?

así se comprueba, como lo han dicho tantísimos filósofoss y científicos que el caos,
perpetua calidad humana es tanto lo que nos genera como nos preserva.
se ha dicho que el universo es caos.

el universo no es delicado
ni está en peligro
es una masa de partículas
en constante interacción caótica

lo importante de este gesto, dejando al plato en equilibrio inestable es su gratuidad.
¿qué necesidad de justificar el peligro? allí encontramos la materia,
la energía que mueve el mundo, su constante gratuidad absoluta.
debe haber una energía extra que mueve al mundo y esta no tiene razon
ya que es caótica-

de ahí que cuando el se lleva el encendedor de casa,
yo me quedo con un miserable atado de fósfotos de hotel que al intentar
prenderlo mi ampolla en el dedo se resiente -imagino-
ah... entonces se me ocurre una idea. busco en el cajon y encuentro un monton de velas.
ah

mi amiga llega a estudiar y se sorprende. que calor, por que tenes tres velas prendidas.
para tener fuego a mano, le digo.
cuando quiero prender la hornalla uso el candelabro.
la cera de la vela
al inclinarla chorrea por toda a cocina.

qué importa!

mientras estudiamos esuchamos chipazos.
qué es eso? qué dejaste en el fuego se inquieta mi amiga. no es nada, es la vela.
espero que no se este incenciando la cocina -digo pero no muevo el orto un milímetro.

al irnos la casa esta llena de humo.
cuidadosamente controlo las hornalla y miro los candelabros .
todo esta bien.

!gesto provinciano, el de
prender la hornalla continuamente para calentar el agua!.


1 comentario:

Obelix dijo...

oh, el gran pato criollo además de hacer cagadas, filosofa?