jueves

vienen tres chicos

se sientan enfrente mío y empiezan a hablar. no les digo nada, solo hago preguntas y ellos continúan hablando y hablando, en un papel que tengo medio escondido voy marcando algunas estructuras que usan, algunas que equivocan otras que evitan. ellos están nerviosos, y por lo tanto sonríen. yo los miro a la cara y sonrío para darles animo, digo hm, hm, ajá. espectáculo de tres contra uno.


ocho chicas
de diceisite años, cuatro dividas en asientos y cuatro paradas, amontonadas en el rincón. se las distingue por:

el largo largo de su pelo mayormente rubio y pajoso,
enormes bolsos deportivos,
su edad,
su parecido recíproco,
el volumen de su voz,
el hecho de que se hablen mutuamente y se hagan caritas,
el minimio "sobrepeso estético" con el que sus hormonilla adolescentes desafían la figura anoréxica que se considera aceptable.

se distinguen:

la ejecutiva: chequea cada estación y la anuncia a las compañeras, cada tanto vuelve a calcular cuántas faltan.
recibe llamados telefónicos y realiza coordinaciones
-de un envío de un paquete del abuelo que no entra en la baulera a otra casa, a partir de otra llamda a un flete
-de indicación a un desconocido emisor, probablemente su hermano, de dónde está el folleto del delivery
cómo domina sobre el resto en este momento específico: demostrando conocimiento de la línea de subte d, ya que se burla de la persona que le recomendó bajar en carlos pellegrini, cuando en realidad tienen que bajar en tribunales, para estar del lado del teatro colon y no tener que cruzar la nueve de julio. -van a viajar en traffic-

la buena. es más gorda, tiene cara pacífica. sonríe suavemente y no habla. de pronto le dicen algo, sobre su hermano.
-viaja a europa ahora.
-jfjfjf
- con mamá.
-pero ya fueron este año.
la buena sonríe e inclina la cabeza con timidez, como diciendo, sí, bueno, qué querés... entre sus manos un diminuto paquetito blanco de lacoste.

la punk. también pelo rubio pajizo. cuando se libera el asiento y se une a las sentadas empieza a mostrar que gusta de la conversación. tiene una campera de jean y unos jeans, y las uñas negras, a diferencia del resto, que no tiene uñas pintadas. su bolso no es deportivo, es de cuero negro. sobre la cara, una densa capa de maquillaje que pertenece a su madre, cuyo color de piel ha de ser el de una cama solar, ya que la chica es blanca y su cara parece anaranjada. aunque sea punk, o precisamente por eso, es la que se preocupa más del cuidado personal. anuncia que tiene dos botellones de shampoo por si acaso. tiene voz un tanto ronca. es la que introduce el tópico de las relaciones con los padres, a través del shampoo, que s propia madre le guardó en el bolso pensando en sus amigas
-me dijo si se lastiman no esperen, vyaan directo al hospital.
risas
-a mí me dijo que.... dkdffjfjf
-a mí me dijo que.... adjajfdfdj
nada se escucha por el ruido del subte.

la vaga
está sin hacer nada, no habla, no se mueve. de pronto parece incomoda y pide algo, un chicle. al rato se da cuenta de que no tiene crédito. una chica le pasa la tarjeta para cargar. pero al abrir la tarjeta necesita raspar el código. pide una moneda. nadie le da pelota. rasca la franja gris con la mano y limpia el excedente en la parte de la manija del bolso que está cocida al bolso, mira su uña y vuelve a limpiarse con la manija del bolso. al rato pide algo más pero nadie la escucha.

las que están lejso no pueden hablar, pero participan de comunicación con la lider a partir de las caritas que se hacen.

mucho entusiasmo por dormir fuera de casa por un fin de semana, pero cierta inquietud por lo no conocido.
no hay duda de que intercepto la vida de estas chicas durante el primer viaje en subte de sus vidas.

1 comentario:

lali balbi dijo...

me encantó
me encantan los relatos con chicas