lunes

ojalá lo abra y vea,

pensé después que me saltó una gota de aceite hirviendo en el ojo, y no me dolió. pero el momento del splash pensé chau, se me hace el ojo huevo frito.
no termina ahí el ítem accidentes domésticos, a las once y media de la mañana quise ir al baño y no pude abrir la puerta. qué pasó, la fantasmita anduvo haciendo de las suyas y nos trabó la puerta.
podés creer no poder entrar a tu propio baño. enseguida la cosa se vuelve surreal. martín vino con los destornilladores y el momento en que desiste dice vamos a llamar a aldo, yo empiezo ah, no, pero lo llamamos ahora, te juro, no soy hinchapelotas en nada, pero no puedo no tener baño! y entonces martín vuelve y no sé qué hace y tac, abre la puerta del baño, que estaba con la luz prendida.
jajaja. bravo! qué felicidad! y le puso un cartón para que no se mueva el picaporte...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ufaaaa, se esta poniendo pesada la fantasmita.

inés dijo...

te lo juro, capaz te extraña

inés dijo...

y yo te extraño también...