miércoles

fotocopia

un poco antes de escuchar esta conversación, fui a la fotocopiadora, una galería llena de goteras y charcos, con una fotocopiadora y una cerrajería y un restaurante abandonado, entré y pedí las fotocopias.
el muchacho ya viene con las hojas. llegó el muchacho. opa. qué pasó. la fotocopiadora
se rompió
yo no hice nada! lo juro!
a ver... esperá un poco que tengo que ver qué pasa
como pienso que la máquna no me quiere, salgo a dar una vuelta. no hay heladerías por la zona, tan solo casa de tapados de piel.
a los diez minutos, comprendo que hice mal. que tendria que haber salido e ido a otra fotocopiadora, en vez de dejar los libros por si arreglaban la máquina. pero decido relajarme, y empiezo a volver, lentamente. al llegar, tal como lo deseaba, el muchacho estaba haciendo ya mis fotocopias.
es muy barato ahí.
me siento a esperar, acalorada. al lado hay una estantería de metal, y un pilón de fotocopias. son materiales del curso de literatura de quinto año que está en la escuela de enfrente. uno es un cuento de borges, el aleph. siempre que lo empiezo a leer no recuerdo nada, pero nada del cuento...
ayer justamente en lo de mi suegra me prestó un libro llamado siete noches, son siete conferencias que dicto en el coliseo en 1977. y esto, le digo, pero son escritas o habladas. porque borges tomo sus propias conferencias desgrabadas y las fue corrigiendo. y las correcciones tambien aparecen impresas en cada conferencia. es un libro de tierra firme, con papel muy grueso e ilustraciones de... gustavo doré...

no estaba mi suegrastro, y por lo tannto eramos los cuatro, junto a mi cuñada y cuñado, un grupo que muy pronto se transformó en un delirio puro. de postre, vigilante, que en uruguay me dijeron que se llama martin fierro, puede ser?

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