!Ah!
Pero lo que quería era comentar varias cuestiones importantes...
todo está dominado (por mí) y friamente calculado,
por eso quería notar un giro vital en el carácter de este Blog...
Varias veces me cuestioné seriamente si era conveniente continuar delineando una historia
bajo el signo de Gran Pato Criollo
era de verdad viable -viable viable- continuar mandándome cagadas, cagada tras cagada...?
no era negativo interpretar mi vida bajo la sombra del fracaso?
como lo he mencionado, y lo recalco ahora, en esta simpática retrospectiva en la que doy cuenta de mi pensamiento,
la idea de gran pato criollo era necesaria ya que se relacionaba con un modo de contar una historia
se necesitaba construir un motor que pudiera hacer correr línea tras línea diferentes sucesos...
y esto sería a la manera de la cadena de desdidchas o el telar de las desgracias de los gauchos martin fierro y juan moreira... una cagada llevaba a la otra, y así sucesivamente, se iban acumulando como llamadnose entre sí, empeorando toda la situación...
continuaba así la idea de un caos de sucesos intempestivos y azarosos, guiados simplemente por el devenir de las metidas de pata... escribir era meter la pata, y para poder borrar una metida de pata era necesario escribir una nueva barbaridad...y así la escritura no terminaba nunca.
y bueno... el signo de todo esto debía ser la catástrofe no sólo por el deseo de borrarla sino porque como tema,
el ser humano se mueve hacia el thriller en lo que se refiere a la búsqueda de la tensión necesaria a la espera de un desenlace que se prevé feliz.
pero bueno, si bien la cadena de desgracias venía siendo productiva y verdadera, hace un tiempo he venido considerando un montón de situaciones en que la Gracia divina me ha colmado de buena suerte, y momentos variados en los que, lo que parece una cosa mala, se transforma en muy buena...
La humildad bien entendida no debe desmerecer ni dejar de agradecer las mercedes de Dios.
El ejemplo más simpático ocurrió ayer.
Volví al dojo, luego del viaje de Colonia donde estuve en el entrenamiento intensivo por seis días y extrañé mucho mi dojo.
Volví al dojo e hicimos un ejercicio de kumite bueno el padre, o Fray, no estoy segura porque no es compañero, solamente en enero, me adjudicó un golpe en el ojo... caramba... bueno no fue nada, enseguida me di cuenta era solo un raspón...
acto seguido al terminar la clase, observa el padre, sí acá hay un rasguño y me tocó haciéndome la Señal de la Cruz... al verme en el espejo una marca colorada que coincide justo con una ojera,, entro en shock porque no me gusta ver nada que se acerque a la sangre... bueno huyo del dojo y me aplico hielo en casa, ya estoy llena de bronca porque no me banco sentir ningun tipo de dolor-... y menos que menos quiero tener un moretón en el ojo al día siguiente... ruego a Dios no me salga un hematoma...
bueno... no me salió un hematoma
Y ADEMÁS
he adquirido un gran aprendizaje
en primer lugar, que antes de que me pegara el cura, me había dado cuenta de que estaba demasiado cerca de él, y estaba a punto de alejarme, diciendo que le guardáramos más distancia: aprendizaje uno: mantener la distancia correcta...
pero luego, me pregunté: por qué llegó a pegarme y no pude defenderme? sin duda, la culpa era mía -de ahí mi bronca-
y la respuesta fue muy buena
que como el padre tiene cara de cura y un rostro muy tranquilo, su cara no demostraba nada, no había ninguna señal de que me iba a lanzar un golpe, así me tomó de sorpresa y no pude defenderme!
esta es una gran enseñanza
ya que en la pelea debemos controlar todos nuestros músculos, incluidos, y muy epecialmente, los músculos faciales
para terminar, no puedo haber tenido mejor suerte de que me pegue un cura, ya que me bendijo y por eso me siento cubierta de un alo de protección
o sea, a qué karateka lo bendice un cura?