Con lo que me cuesta cambiar!
Hace seis años que la apariencia de mi blog era siempre la misma. Pero, oh, sorpresa, diversas situaciones se conjugaron, entre ellas la de ser tan adecuada esta nueva imagen, para que cambiara la portada.
Esta foto, que me sacó Juli en el zoo, es grandemente significativa, ya que me muestra dándole de comer a un pato criollo, -como se titula el blog- y aparte, en la foto, aunque no se nota mucho, llevo un hijo en el vientre, o sea que no solo le estoy dando de comer al pato, también le estoy dando de comer a nuestro hijo, y bueno, dar de comer es una de las cosas que me representan mejor o mejor dicho que representan un aspecto mío que me parece muy propio. Incluir a gregorio en esta realidad es importante, porque aunque no haya nacido, ya existe. Como creen los coreanos, me gusta pensar que la edad del niño se cuenta desde su primigenia formación celular...
También, al nacer un hijo, la familia se re dimensiona. Mis hermanas pasan a ser tías, ya no son solo hermanas. Y si bien no aparecen ahora en la portada, durante ese paseo, fue mi hermana la que me sacó la foto, y estábamos las tres paseando en el zoo.
La verdad, no lo medité. Simplemente lo hice.
Hoy me levanté pensativa, y de vuelta me seguía preguntando qué me motivaba a levantarme, -aparte de las ganas de comer o ir al baño que siempre se pueden regular un poco-
Hoy me motivó a levantarme una de estas ideas con las que justamente me dormí pensando. Pero después, pasé como cuatro horas redactando un mail,
y al final, ya la idea original me pareció una tontería.
A pesar de todo, luego del almuerzo -arroz con bolognesa-, decidí escribir la reflexión, pero hete aquí que no sé qué impulso me hizo cambiar la portada del blog, así que ya esta idea viene bastante rezagada, en tercer lugar, y siente bastante timidez en presentarse al público, no hay modo de engancharla en el curso de los anteriores temas, y decirlo no ayuda en nada, como cuando todos rodean a un niño temeroso de meterse al agua y le piden que salte...
Estábamos hablando con Melina y Germán de sus respectivos analistas.
Más que nada, la pregunta de siempre era: ¿cómo son sus intervenciones?
También lo hablamos con Nu y Alexis, el otro día. La pregunta versó de nuevo sobre lo mismo. ¿Qué nos dicen los analistas?
Melina: su analista suele tomarle el pelo y hacerle burla, por ej cuando ella estaba tan enganchada con un chico y que se lo pasaba hablando de ese chico un día el analista le preguntó pero vos creés en el psicoanaálisis, para qué estás acá? Hasta que ella entendió que le estaba intentando decir que su endeble futuro no podía de ninguna manera descansar solo en el muchacho en cuestión que debía trabajar ella misma en terapia y no dejarle la responsabilidad de su alegrìa futuro a aquel dudoso papanatas.
Germán: no me quedó del todo claro cómo eran las intervenciones de su analista, pero el caso es que mientras èl està en buenos aires, y su psicologo en ny, hacían sesiones por skype. Muy bueno. Su analista se preocupa por él.
Alexis: detesta a los psicologos lacanianos que hablàs diez minutos, y dijiste algo imporante y luego te echan, le parecen de cuarta.
Nu: está de acuerdo con Alexis en que los lacanianos te maltratan al pedo. Dijo que frecuentemente su analista la retaba y que muchas veces le recomendaba un consejo específico, cursos de acción como "tenés que... hablar con tu madre solo cinco minutos por semana" por poner un ejemplo. Y que debía cumplirlos para la próxima sesión.
Yo: consideraba que un buen terapeuta se descubre en la primera sesión y que no hay que tener más que esta unica oportunidad para entender si funciona, que en la primera sesion te tiene que decir algo nuevo, que te impacte como una verdad diferente a lo que anteriormente pensabas. (Esto no me lo inventé yo, me lo dijo una señora y me pareció acertadísimo como consejo).
Dije que no me gustaba que las intervenciones del analista ocurran solamente al final de la sesión, y que menos que menos era bueno que esas intervenciones fueran meros subrayados de lo que yo previamente había dicho. Ya que considero que una terapia es como jugar al ajedrez con el analista, que uno va poniendo las piezas, pero que la forma en que uno coloca las piezas es parte del juego mismo, y que por lo tanto, no es bueno que un analista te deje colocar las piezas y luego simplemente haga una jugada evaluando tus posiciones. No. Debe intervenir en esa colocación de piezas activamente. Por que si te deja colocarlas, y después opina: este alfil está bien, este peon esta mal, ya estás perdido vos de nuevo en tu estructura de siempre, ya se perdió ese momentito e que podrías haber considerado ¿pero qué hago con esto?
Personalmente, una vez no me gustó ver en la cara del terapeuta cierto juicio de valor. Me hizo pensar que era un pacato.
Creo que no debió haber demostrado sus opiniones con su mirada. Le faltó cara de poker. También me molestó que me subestimara. Porque yo le dije que su cara era demasiado demostrativa mientras estaba entrando en el consultorio y me dijo que por favor se lo explicara, pero despues fui al baño y no me volviò a pedir que se lo explicara, pero para mi en el fondo era importante decirle qeu lo que su cara me mostraba no lo hacìa mejor terapeuta, que al contrario. Pero no hubo oportunidad, y creo que el en general tomó una actitud condescendiente. Yo hable de mis problemas, intentè colocar las piezas, pero nada sucedió.
Sí. Podría conectar todo esto con lo anterior, ¿por qué no?
Al fin y al cabo, yo le pido al analista que me ayude a movilizar un cambio.
Y còmo suceden los cambios, cómo se mueve la estantería de un juego de ajedrez?
Cómo pasamos de cero a uno en una historia? Esta es mi eterna pregunta. Cómo hacer que un sintagma nominal, y uno verbl formen una historia?
-Piglia explicaba que en los cuentos de hadas esto se produce mediante la intervención de un elemento mágico, podemos decir por ejemplo, que un hada transforma la calabaza en carruaje- y entonces el cuento se desarrolla. ¿Pero y en la vida?
En esta portada, una imagen reemplaza a otra. Luego de seis años, tuvieron que pasar infinidades de cosas para que eso ocurriera, tantas, que relatarlas podría ocupar años de existencia. Todo para explicar un simple cambio...
No sé bien qué hay de esto en este blog, pero siempre quise que hubiera un jugo místico, reflexivo, existencial, algún atisbo de respuesta a esa pregunta.
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Hace 3 horas
1 comentario:
Me gustó mucho releerlo. es como que no sabés hacia donde va y de repente todo cierra. Hermoso.
Mercedes
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