no, un día ... voy a un funeral, y me acerco a saludar al difunto, está en un recinto aparte, aislado del resto del salón, al lado del cajon, un amigo llora sacudido por el dolor... me acerco al cajón y apoyo la mano en un extremo, en la parte de las piernas, para no acercarme al otro chico, lo hago con la intención de decir una oración, pero al tocarlo no puedo resistir la costumbre que me agarra cuando quiero hacer contacto con una persona querida. sacudo el cajón. se tambalea, el arreglo floral parece movido por el viento, sigo rezando como si nada.
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