hace nueve días me rebané el dedo con la cortadora de fiambre. mañana por fin lo veré yo misma, ya que a partir de ahora me cambiaré la venda todos los días.
no sé cómo el doctor pretende que "me lave el dedo con jabón blanco",, pero bueno. en todo caso, será un placer lavarme las manos por fin.
ya que, no teniendo mano de apoyo con qué lavarse, debo confesar que la otra mano sufrió un déficit de higiene importante.
es interesante notar que ambas perdieron la piel atacadas por un hongo no misterioso a mi entender llamado mugre. pero bueno, estos detalles no sólo son desagradables sino que en el fondo ni yo me los creo.
en resumen, pasé de tener asco a mi dedo a tener curiosidad, porque sospecho que no debe ser tan feo como a mí me parece.
seguro que a partir de mañana me voy a sentir mejor.
eso sí, todavía me late y no me dan ganas de bajarlo, porque empeora. trato de mantenerlo para arriba.
lo que más me hizo latir el dedo fue hablar por teléfono. ya que hablar es una de las actividades que más agota nuestro organismo.
Ayer en escultura
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Ayer en escultura me adentré
en el ritmo suave de la herramienta
sobre el barro y en el ir y venir
como lo hace el agua y el viento
sobre una mesa ...
Hace 1 hora
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